el contenido tiene mucho que decir y enseñar, enseña que si uno lucha por lo que quiere con todo su corazón conseguira lo que quiera, que nunca hay que rendirse y más importante que siempre se puede salir adelante sin importar las condiciones en las que te encuentres.
ES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LA PAREJA PRINCIPAL ES JUDÍA Y TIENEN QUE LUCHAR CONTRA LA ADVERSIDAD PARA SOBREVIVIR A ESTA DURA EPOCA, SOBREVIVIR A LOS CAMPOS DE CONCENTRACION Y TODO LO QUE LLEVA LA EPOCA POR SU AMOR Y POR SU HIJO , EN RESUMEN .
La Pareja principal es Eugeter, Pero va a haber también Pablali , Gastochi , vicande
Ni una Guerra nos va a separar
INTRODUCCIÓN :
El niño de tan solo diez años miro por última vez su querida casa, la que lo había visto hablar por primera vez, dar sus primeros pasos, llorar por las noches cuando tenía miedo, guarda tantos recuerdos, pero tenía que dejarla, era 1927 y la familia Lanzani de origen judío se trasladaba a Holanda, las cosas en Alemania no estaban tan bien o por lo menos la familia Lanzani iba a tener mejores oportunidades allí que en Frankfurt. Se iban a ir en tren, al llegar allí le preguntaron – ¿Cómo te llamas chico?- el niño sonrió – Juan Pedro o Solo Peter – dijo simpático, el tren se empezó a alejar y el miró por última vez las calles que tanto conocía.
La chica rubia jugaba al lado del canal de Ámsterdam con su hermano Agustín, su niñera siempre los llevaba allí para que vieran los barcos. Se detuvieron en la calle de su casa y ambos niños salieron corriendo, hace un mes habían llegado allí desde Berlín, su padre había firmado un gran trato de negocios, eran de clase alta, era feliz en su nueva vida, se había hecho muy amiga de la niña que vivía en la casa de al lado Mariana que tenía ocho años al igual que la rubia María Eugenia.
Aunque la familia de Euge era judía y la de Lali no, se llevaban muy bien entre ambas familias.
Con el pasar de los años los tres niños crecieron en la capital de Holanda, En 1932 las cosas para la Familia de Eugenia no podían ir mejor y para ella también, tenía una gran amiga con la que compartía todo, iban juntas caminando al colegio y ya tenían voz propia y un pensamiento dirigido a los 13 años eran muy maduras. Los Lanzani eran felices, estaban mejor que en Alemania, pero podían estar en mejores condiciones era lo que pensaba Peter, acababa de cumplir quince años y decidió trabajar en el taller mecánico para ayudar a su familia.
El Sol iluminó la ciudad de Ámsterdam, Peter abrió los ojos lentamente, fue al baño y se preparó para un nuevo día de trabajo y de escuela, para cualquier persona era agotador y para Peter el doble, sus notas eran sobresalientes y su laburo aun más. Agarro su bicicleta, comenzó a pedalear hasta la calle principal de la ciudad – Hola Jefe- dijo el entrando, acomodó sus cosas y empezó su jornada, pasó el día arreglando coches con su mejor amigo Pablo y naturalmente quedó todo sucio, se fue a dar una ducha rápida para sacarse la suciedad, se puso el perfume que creó su mamá para él, según ella atraía a las chicas y eso le serviría para encontrar esposa, lo cual a él no le importaba en lo más mínimo. Salió del taller con Pablo – ahí vienen las de alta- dijo su amigo, las de alta eran las chicas millonarias o de alta situación, obviamente todas ellas iban en colegios privados, iban uniformadas y todas eran muy bellas, bueno la mayoría. Empezaron a caminar, En cuanto oye que gritan – Peter- se dio vuelta y era su hermano, el le hizo un gesto con la mano y avanzó, pero chocó con alguien – fíjate – dijo enojada una chica rubia, más pequeña que el claramente – lo siento mucho – dijo y se agacho a recoger la pila de papeles que se le habían caído a ella – gracias- dijo mostrando su hermosa sonrisa, el se quedó pegado mirándola ‘’ me enamoré’’ pensó, pero ella era de alta, en traducción inalcanzable para un chico como el – soy Juan Pedro- le estiró la mano, ello lo miro de pies a cabeza – María Eugenia- dijo ella y le apretó la mano – perdóname – dijo el nuevamente – no importa, no te preocupes- dijo dulcemente – Dale Eugenia – se escuchó que gritaba una chica Petisa- ya voy- dijo le dijo la rubia a la morocha – un gusto Peter- se empezó a alejar – lindo perfume por cierto- rió y se fue con la petisa. Peter se quedó pensando todo el día en María Eugenia, se preguntaba muchas cosas ¿Dónde viviría? ¿Cuál sería su apellido? ¿Tendría novio? ¿Quisiera salir con él a caminar algún día?, eran muchas preguntas que rondaban la cabeza del chico, preguntas que no lo dejaron dormir en toda la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario