Capitulo número ocho

Pasaron dos semanas exactamente, La petisa morocha bostezó y entró a la cocina, estaban sentados Bruno y Carlos ella pensó ‘’ ya lleva mucho aquí ¿no? ‘’
Lali: buen día –sonrió, Carlos ojeaba el periódico, en cambio Bruno levantó la vista lentamente hasta encontrarse con esos ojos oscuros hermosos y profundos que tenía ella, una sonrisa se extendió por su cara-
Bruno: buen día – dijo sonriendo, cada vez se sentía más a gusto con la compañía de ella –
Lali: ¿Qué se trae el día?
Carlos: llego esto para vos – le pasó un sobre color marfil-
Lali: ¿Qué es?
Bruno: ábrelo y lo sabrás –sonrió, ella le devolvió la sonrisa y luego abrió el sobre y largó un grito- ¿Qué tienes? –dijo divertido
Lali: Mira, bueno lo más importante ‘’ María Eugenia Suarez Riveiro y Juan Pedro Lanzani… tienen el agrado de invitarlo a su ceremonia de casamiento ‘’ – acto seguido miró el sobre que decía Mariana, Carlos y Bruno – mira Bruno estas invitado, obviamente vos también Papá
Carlos: me alegro por ello, ¿vos con Pablo cuando? – Ella se sonrojó, La sonrisa del Soldado se desvaneció cambiando por una cara seria-
Bruno: ¿Qué aún no te lo pidió?
Lali: Claro que sí
Carlos: ¿no me habías contando? – dijo medio enojado-
Lali: es que la verdad le dije que sí, pero haremos una fiesta de compromiso, además no pienso casarme aún y él lo entiende
Bruno: ¿Qué es lo que entiende?- dijo con un tono que da escalofríos-
Lali: Que yo quiero concentrarme en aprender idiomas antes que dedicarme a ser dueña de casa y atenderlo
Bruno: asi que esperará a que termines tus estudios
Lali: exactamente – dijo sonriendo –
Bruno: si es que alcanzan a casarse
Lali y Carlos se miraron sin entender lo que había dicho, ¿Si alcanzaban? ¿ Que pensaba matarla a ella o a el?
Carlos: ¿Por qué lo dices?
Bruno: yo no dije nada, con permiso – se paró y abandonó la cocina rápidamente-
Lali: -lo siguió- ¿Qué te pasó?
Bruno: no es nada –dijo distante-
Lali: vos no sos así –sonrió- ahora arréglate
Bruno: ¿Para qué?
Lali: vas a pasar la tarde conmigo
Bruno: ¿De verdad? –dijo alegre –
Lali: si, pero me ducho primero – sonrió-
Bruno: ponete más linda, aunque eso es imposible. Te llevo a almorzar a un restorant
Lali: está bien – sonrió y se fue a duchar-



Euge despertó abrazada de Peter, nada raro porque él vivía allí prácticamente, además increíblemente Guillermo y Juan Pedro se llevaban cada vez mejor, pasaban tardes charlando. Euge era feliz ya no podía pedir más, tener un grupo de amigos tan grande, un hermosa familia y a punto de casarse con el hombre de sus sueños. Peter había cambiado su vida enormemente ya que gracias a él ahora la familia desayunaba junta, los había unido más. Gastón y Rocío decidieron quedarse más tiempo, se estaban buscando una casa cerca de su universidad, ya que Nico se fue a Estados Unidos por el negocio que hizo con Guillermo. Ella bajó las escaleras corriendo, estaban Gastón y Rocío como siempre, ellos eran tempraneros para Euge, los saludó y se fue con Alois, acompañada por Rochi y Verónica a probarse el vestido de novia que le estaban haciendo los últimos retoques, iba bien con la organización de todo, el salón progresaba, ya tenía la orquesta, las flores, la comida, la decoración, recién había enviado las invitaciones, no faltaba mucho, estaba muy ansiosa.
Rochi: dos semanas y sos Eugenia de Lanzani
Euge: ¿Lo podes creer? Me voy a casar y tengo dieciséis años
Rochi: yo me casé a la misma edad de vos
Euge: ¿Cómo fue todo?
Rochi: maravilloso, inolvidable
Euge: espero que sea así para mí
Rochi: seguro lo será, ya que estas con la persona que amas
Euge: asi es –sonrió y el auto paró, bajaron las tres y entraron a la tienda de vestidos, ella quería uno de acuerdo a la moda de la época…
Margot: justamente estaba pensando en usted, buen día
Euge: hola Margot
Margot: está listo
Euge: maravilloso – dijo entrando al probador, al tener el vestido en su cuerpo, se miró encantada, salió del probador- ¿Qué dicen?
Rochi: estupendo
Verónica: hermoso
Euge: lo quiero
Verónica: claro que sí mi amor
Euge: ¿Le gustará a Peter?
Rochi: a Peter le gusta todo mientras estés vos –rió-

Lali y Bruno salieron tomados del brazo, riendo por los comentarios de ella, el decidió llevarla a almorzar a un hotel que quedaba a unas cuadras…
Bruno: iré a Alemania una semana ¿Queres acompañarme?
Lali: ¿Estás hablando enserio?
Bruno: Claro que sí
Lali: ¿Vos y yo nada más?
Bruno: ¿Qué queres que vaya Pablo? Te recuerdo Lalita querida que haya los judíos son perseguidos, asesinados, entre otras cosas, ¿No vas a querer eso para tu Pablito querido?
Lali: ¿Por qué sos así?
Bruno: ¿así como?
Lali: te juro que me fijaría en vos, pero no puedo sacarme la idea de que sos un Nazi que mata gente y la tortura
Bruno: no es así – dijo tomando un tono serio- yo entré al ejercito antes de que Hitler llegara al poder, por lo tanto automáticamente tenía que servirle. Además por qué crees que estoy acá, porque no quiero eso para mi vida
Lali: Tarde o temprano tendrás que ir
Bruno: si es verdad, pronto nadie se salvara
Lali: ¿Por qué lo decís?
Bruno: solo te digo que aproveches a tus amigos y a tu futuro prometido mientras puedas
Lali: ¿Por qué me decís esto Bruno? –Le soltó el brazo-
Bruno: -serio- cuando recién Hitler llegó al poder, unos meses después tuvimos una misión contra rusos, yo logré salvar a todos menos uno, mi primo, por eso fui llevado ante el mismísimo Adolf quien se sorprendió por mi valentía. Me puso en sus filas de mayor confianza, soy un hombre de confianza para él, pero no sabe que yo esa noche no quería salvar a nadie más que a mi primo y no a los otros soldados, por mi familia arriesgo la vida. Bueno, el tiene la intención de apoderarse de Europa, lo logrará a toda costa.
Lali: ¿El hermano de Rocío? – Lo abrazó- está bien, entiendo tu preocupación, tenes miedo de tus acciones ¿No es así? De que vuelva a morir gente por tu causa
Bruno: no aguantaría que alguien más muera por mi causa
Lali: me alegra saber que tenes un enorme corazón – lo abraza- está bien te acompañaré –sonrió-
Bruno: gracias Lali – la abrazó y luego se separó mirándole a los ojos-
Xxx: ¿Qué tengo que pensar?
Lali: nada Pablo –sonrió, se acercó a él y le besó la mejilla-
Pablo: ¿En que andas?
Lali: voy a almorzar con Bruno
Pablo: bueno, pásenla bien, cuídala Bruno – se despidió y se fue-
Bruno: a pesar de todo me cae bien
Así llegaron a un hotel, se sentaron frente a frente…
Lali: bien ahora Contame, ¿Qué vamos a hacer en Alemania?
Bruno: bueno ver a mi familia, te llevaré a la playa si queres, una comida…
Lali: ¿Una comida?
Bruno: si queres claro, tengo que ir porque es el cumpleaños de la mano derecha del Führer
Lali:¿ vos pretendes que vaya allí?
Bruno: es una buena forma de poner a prueba tu alemán –ríe-
Lali: no Bruno, me da miedo esa gente
Bruno: ya ves que no pasa nada, te protegeré
Lali: está bien


Peter, Guillermo y Gastón salieron con Sandor (el chofer), los llevo a un barrio de Alta cerca de la universidad de Ámsterdam, iban a ver casas. Guillermo le iba a regalar una a Peter, Gastón iba a comprar una al lado para que las chicas no se sintieran solas en su ausencia. Eran unas casas bonitas, se veían grandes y lujosas, con jardín llenos de flores, pilares gigantes, había algunas desocupadas, pero buscaban dos casas cerca por lo que no se les hizo tan fácil. Finalmente encontraron dos casas que estaban frente a frente, fueron a la que le gustó a Peter primero, Guillermo inspeccionó cada espacio de la casa, vigilando que este todo en orden para su chiquita. Peter la adoro desde el momento en que la vio, era la casa que siempre había soñado para él y su familia. Tenía un living –comedor que daba a la cocina, las tres bastantes amplios, luego había un baño de visita y una dos salas una con vista al jardín y otra que miraba hacia un gran árbol. En el segundo piso había un pasillo que iba hacia la derecha: había una habitación, la más grande con un baño y un hall, parecida a la de Eugenia. Y hacia la izquierda: había cuatro habitaciones más y otra escalera al final. En el tercer piso había un ático.
Peter: es perfecta
Guillermo: ¿Esta te gusta?
Peter: me encanta
Guillermo: está bien la compraré
Peter: recuerde que yo la mitad
Guillermo: si, si
Peter: gracias – lo abrazó-
Gas: ¿Vamos ahora por la mía?


Verónica había ido a la Casa de Candela a empezar las clases de piano de ella, En cambio Euge y Rochi fueron a la casa, estaban charlando en el cuarto de Euge
Rochi: ¿Sabes lo que viene después del casamiento no?
Euge: ¿A que te réferis?
Rochi: ya sabes…
Euge: - levantó una ceja-
Rochi: cómo nacen los bebes…
Euge: ah, sí mamá me hablo de eso el otro día
Rochi: si necesitas saber algo
Euge: me da miedo
Rochi: - la abrazó- es un gran paso, veras…
Se pasaron la tarde charlando, era un tema tabo en ese tiempo, pero como estaban solas y Eugenia necesitaba ese consejo se animó a hablarlo con ella. Así la gente fue regresando a la casa, ambas bajaron las escaleras corriendo, Rochi se lanzo a su marido y lo besó, Euge se colgó del cuello de Peter
Euge: ¿Dónde habías estado?
Peter: - miro a gas- paseando con Gas
Euge: ¿Por Dónde?
Peter: por el canal, conversando
Euge: está bien – dijo dudando-

[b] 21 de Agosto de 1935[/i]
Peter abrió los ojos lentamente por primera vez en su casa, después de mucho tiempo donde Euge, estaba bueno volver con sus papás y sus hermanos, los añoraba más de lo que creía. Se dio un baño y bajó, los judíos no celebraban cumpleaños, pero como la familia era mitad alemana, se saludaban y se deseaban buenos deseos. Entró a la cocina y todos sus hermanos se abalanzaron sobre él, lo abrazaron y les desearon felices dieciocho años, y luego sus padres. A las doce del día era el casamiento, se fue a poner un traje negro con una corbata amarilla, no se podía ver más elegante y buen mozo por supuesto.
Claudia: mira lo que sos – lo abrazó- ¿Estas nervioso?
Peter: no más que vos mamá, pero si demasiado para mi gusto
Claudia: te hice un regalo
Peter: ¿Qué es? –dijo intrigado-
Claudia: es un nuevo perfume, le puse ‘’Eugenia’’ me fije que huele todo, es obsesiva con eso, asi que hace un tiempo fui probando con aromas y le preguntaba si le gustaban, pues acá el resultado.
Peter: ¿Es de mujer?
Claudia: claro que no, es para vos, son lo que a ella le gusta
Peter: adelante entonces – Claudia roció a Peter en el perfume Eugenia- exquisito
Claudia: sabía que te gustaría –sonrió y se lo pasó- no sé en qué momento creciste, te amo hijo nunca lo olvides – le besó la frente-
Peter: yo también Mami – la abrazó –
Claudia: vamos yendo que va a ser la hora
Peter: vamos –dijo nervioso-
Asi llego afuera del hotel, en el jardín más precisamente. La gente comenzó a llegar, saludo a todos, sus amigos. Los últimos en llegar fueron Lali y Pablo de la mano, Lali vestía un vestido rojo hasta los talones, se veía hermosa, la cara de Pablo no era muy buena…
Peter: ponele onda – dijo abrazandolo-
Pablo: con la noticia que acabo de recibir – dijo mirando a Lali-
Lali: me voy a Alemania con Bruno una semana
Peter: -levanto una ceja, pero escucho una melodía comenzar a sonar, entonces giró su cabeza y la vio vestida de blanco –
CONTINUARA

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